El Senado aprobó recientemente una reforma a la Ley del INFONAVIT que cambia radicalmente la forma en que se administran los ahorros de los trabajadores. Bajo esta nueva disposición, el instituto podrá utilizar los fondos de los empleados para la construcción de vivienda, en lugar de limitarse a otorgar créditos hipotecarios. Esto marca un regreso a un modelo donde el gobierno construye y administra directamente las propiedades, algo que en el pasado estuvo plagado de corrupción y favoritismo.

INFONAVIT y los fondos de los trabajadores
Cada bimestre, el 8.5% del sueldo de cada trabajador inscrito en el IMSS se retiene y se envía al instituto, que a su vez reparte esos fondos entre las AFORES y el INFONAVIT. Actualmente, las AFORES administran cerca de 5 billones de pesos, con rendimientos superiores a la inflación (entre un 4% y un 6%), mientras que el INFONAVIT maneja aproximadamente 2.3 billones de pesos, pero con menores rendimientos debido a la cartera vencida de créditos hipotecarios.
Cuando el INFONAVIT fue creado, el gobierno utilizaba los fondos para construir viviendas y asignarlas a los trabajadores, un modelo que generó corrupción y favoritismo. En 2002, con la reforma impulsada por Vicente Fox, el INFONAVIT dejó de construir viviendas y permitió que los trabajadores usaran sus ahorros como enganche para adquirir propiedades de empresas privadas. Este sistema permitió una mayor oferta y mejor acceso a vivienda, aunque también se dieron casos de desarrollos poco viables.
Un cambio con consecuencias preocupantes
Históricamente, el INFONAVIT ha servido como una herramienta para que los trabajadores puedan acceder a una vivienda propia mediante créditos, con su ahorro sirviendo como respaldo. Sin embargo, con esta reforma, los fondos acumulados por los trabajadores serán utilizados directamente para la construcción de viviendas, lo que implica varios riesgos:
Riesgo para los ahorros: Actualmente, los trabajadores pueden utilizar su subcuenta de vivienda para comprar una propiedad o retirarla en su jubilación. Con este cambio, el gobierno podrá utilizar estos ahorros para financiar proyectos de construcción, sin garantizar que el dinero se mantenga disponible en el futuro.
Gestión ineficiente y opaca: Las experiencias pasadas nos han mostrado que los proyectos de vivienda administrados por el gobierno suelen resultar en costos inflados y mala planeación. A esto se suma la falta de transparencia sobre la viabilidad de estos desarrollos.
Impacto en los trabajadores: Mientras que la reforma busca beneficiar a los jóvenes al facilitarles una vivienda en renta con la posibilidad de compra futura, a largo plazo podría significar que quienes han cotizado durante décadas encuentren sus fondos reducidos o inaccesibles cuando los necesiten.
¿Qué pueden hacer los trabajadores para proteger sus ahorros?
Dado el nuevo escenario, es fundamental que los trabajadores tomen medidas para proteger su patrimonio:
Consultar su estado de cuenta en el INFONAVIT: Es recomendable revisar periódicamente el saldo y condiciones de la subcuenta de vivienda para evitar sorpresas en el futuro.
Evaluar el uso del ahorro antes de que entren en vigor los cambios: Para quienes están en posibilidad de hacerlo, utilizar los fondos en la compra de una vivienda podría ser una opción más segura que esperar a ver cómo se implementan los nuevos esquemas.
Buscar asesoría financiera: Entender las mejores estrategias para manejar los ahorros destinados a la vivienda es clave. En algunos casos, podría valer la pena considerar inversiones alternativas.
Participar activamente en el debate: Mantenerse informado, exigir transparencia y sumarse a esfuerzos de defensa de los derechos de los trabajadores ayudará a evitar abusos.
Si bien el acceso a la vivienda para los jóvenes es un objetivo loable, usar los ahorros de los trabajadores para financiar proyectos de construcción gubernamental no es la solución adecuada. Este cambio pone en riesgo los fondos de millones de trabajadores que han cotizado durante años con la expectativa de contar con ese dinero en su retiro. ¿Realmente estamos avanzando en la dirección correcta o simplemente repitiendo errores del pasado?
La clave está en la información, la prevención y la acción proactiva de los trabajadores para proteger su futuro financiero.